Título: Vengo de urgencias
Autor: Fernando Fabiani
Editorial: Aguilar
Páginas: 240
ISBN: 9788403519091
El Dr. Teo Jarcía vuelve a la carga con otro libro cargado de historias y anécdotas made in centros de salud, y es que no hay lugar mejor para recopilar un buen historial de "historias de médicos" que los ambulatorios, donde todo pasa y pasa de todo, desde situaciones entrañables hasta surrealistas pasando por algunas terroríficas y otras más graciosas, y sé de lo que hablo, 4 años consecutivos trabajando en centros de salud me avalan y puedo asegurar que las he visto de todos los colores, a mí también me daría para escribir un libro.
Fernando Fabiani ha vuelto a la carga. Después de su primer libro Vengo sin cita, se atreve, ahora, con Vengo de urgencias, una segunda parte igual de prometedora que la primera donde, lo primordial, son las anécdotas que los médicos se encuentran en su lugar de trabajo día sí y día también. La lectura de este libro me ha trasportado a mis tiempos como enfermera de atención primaria, las carreras por el pueblo de turno haciendo las analíticas/curas a domicilio, las urgencias a partir de las 15h, los viajes en ambulancia y los días de "no he tenido tiempo ni para mear", todo eso que ahora miro de lejos y me planteo seriamente si lo echo de menos o no (creo que, lo que realmente echo de menos es trabajar con mis compañeros de entonces).
Seguro que muchos lectores se plantearan la siguiente pregunta cuando lean Vengo de urgencias: pero, ¿todo eso pasa de verdad?, pues sí, eso y mucho más, creo que el autor destaca, solamente, algunas anécdotas graciosas o curiosas que le han sucedido en su lugar de trabajo, pero, si nos pusiéramos, realmente, a recopilar todas y cada una de las anécdotas más increíbles que nos han sucedido en nuestro lugar de trabajo seguro que nos daba para 10 libros más (por lo menos).
Y es que los pacientes son una fuente inagotable de historias graciosas, de esas que se quedan para el recuerdo. Una vez, trabajando yo en un centro de salud de montaña, en pleno verano, acudió un hombre de urgencias porque "refería no poder dormir por el calor", la misma cara que se os ha quedado a vosotros leyendo esto se me quedó a mi cuando lo vi; colas interminables de pacientes que acuden por "picaduras" esperando recibir su dosis de Urbason (que se ha puesto muy de moda: vas, te pincha y ¡oye! mano de santo)...
Las urgencias hospitalarias ya se me escapan más, por eso me ha parecido tan interesante leer algunos capítulos del libro, porque me han hecho descubrir situaciones nuevas que desconocía, siempre está bien aprender sobre la fauna y flora de la sala de espera de las urgencias hospitalarias, o de los paritorios, esos grandes desconocidos para mí, ahora me sacas de las máquinas de diálisis y me siento extranjera.
Por ponerle una pega al libro, solo una, diré que el glosario de abreviaturas del final se me hizo un poco pesado, y eso que conocía la gran mayoría, pero me pareció que estaban de más. Por otro lado, espero con impaciencia el próximo libro que... ¡espero que no tarde!
No hay comentarios:
Publicar un comentario