jueves, 9 de mayo de 2019

El jardín de invierno

Título: El jardín de invierno
Título original: Winter garden
Autora: Kristin Hannah
Traductora: Inés Belaustegui Trías
Editorial: Debolsillo
Páginas: 464 
ISBN: 9788466338455

Meredith y Nina han crecido pensando que su madre no las quería. Todo se vino abajo cuando, unas navidades, siendo ellas pequeñas, representaron un fragmento de la historia que su madre siempre les contaba por las noches. Fue tal el enfado que le causó a su madre que, desde entonces, el vínculo entre madre e hijas se había roto para siempre. Ya de adultas, las hermanas se tienen que enfrentar a la muerte de su padre, la única persona dentro de su familia que les ha mostrado amor y cariño y un pilar fundamental en sus vidas. Tras su fallecimiento Nina, la menor de las dos hermanas, se empeña en cumplir el último deseo de su padre: que su madre les contase el cuento, que tanto la había hecho enfadar, de principio a fin. A partir de ese momento ambas comenzaran a comprender un poco más a su madre, su carácter y su forma de ser y, serán consciente de que, el cuento de su infancia, no era solo una historia para niños.



Muchxs de lxs que me seguís sabéis que adoro a la escritora de esta novela, Kristin Hannah. La descubrí con Volverás a Alaska y, desde entonces, todos los libros suyos que he leído me han parecido fascinantes. Tenía muchas expectativas depositadas en éste y me decepcionó un poco cuando, al empezarlo, no me enganchó como me engancharon los anteriores. La historia paralela, que se cuenta dentro de la misma novela, me mareaba un poco y no conseguía encontrarle ningún sentido, hasta que llegué a mitad del libro, más o menos.

Como he comentado en el resumen, lo que quieren conseguir las hijas de Anya Whiston es que su madre les cuente, de principio a fin, el cuento que tanto la hizo enfadar cuando, de pequeñas, quisieron representarlo en una cena de navidad. Tras la muerte de su padre son conscientes de que su madre jamás les ha contado la historia entera y necesitan saber el final. De este modo, la protagonista empieza a relatarles fragmentos de la historia y las hermanas, poco a poco, van relacionando esta historia con el pasado de su madre, que se remonta a Rusia hace ya muchos años.

Para mí, cuando el cuento deja de ser una historia para niños y se convierte en algo más es cuando, realmente, la novela atrapa al lector, en mí, al menos, tuvo ese efecto. Cuando ya somos conscientes de por dónde van los tiros es cuando se nos encoge el corazón y vivimos con la protagonista los momentos más amargos y empezamos a comprender el por qué de su carácter tan agrio hacia sus hijas.

Hacia mitad de la historia es cuando reconozco el estilo de Kristin Hannah y su capacidad para sorprender al lector dando giros inesperados a la trama y manteniendo el suspense hasta el último momento, de ese modo, empatizamos más con los personajes y nos afectan más sus situaciones y su desenlace. Su forma de redactar nos hace pensar que lo que les pasa a los personajes nos está pasando a nosotros y es en ese momento cuando, realmente, disfrutamos de la novela.

Como siempre, una historia desgarradora, sorprendente y muy adictiva que recomiendo sin duda. Fue uno de los primeros libros de esta autora pero merece toda mi admiración.


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